Yo ,personalmente, me inclino por la educación emocional como una manera de ayudar a desarrollar dicha empatía social y comunitaria. Creo que ello, acompañando todo nuestro proceso de desarrollo ya desde la infancia, conllevaría una acción positiva hacia la integración de colectivos minoritarios como en este caso el de los sordos o hipoacúsicos.
En este espacio, tanto oyentes como no oyentes así como todas aquellas personas relacionadas con la educación de este colectivo, podemos aprender unos de otros intercambiando experiencias, sugiriendo iniciativas o tan solo opinando. Se trata de avanzar juntos en pos de una normalización que, aunque necesaria, está dificultada sobretodo por el desconocimiento, por parte de los oyentes, de la lengua de signos.
EL BLOG DE ALVARO ARQUES
jueves, 11 de noviembre de 2010
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